Una correcta gestión de los fertilizantes en la agricultura tiene importantes beneficios en el medioambiente. Y es que, este tipo de productos generan el 80% de las emisiones perjudiciales, por ello, una correcta gestión de los mismos por parte de los agricultores supondrá un mejor rendimiento de la explotación con el consiguiente incremento en la productividad que ello conlleva. Además, de la reducción del impacto medioambiental y la ayuda a la preservación del ecosistema que rodee a la plantación.
Para aportar a los cultivos los nutrientes que necesitan, los agricultores deben tener los conocimientos necesarios para que la gestión de los fertilizantes sea adecuada e incluso se pueda mejorar la rentabilidad obtenida. Gracias, por un lado, a un mejor rendimiento de la planta y, por otro lado, a la optimización de los recursos usados que en este caso son los fertilizantes, que podrás encontrar una gran variedad en Mascampo, para elegir entre los más adecuados para tu explotación.
Las claves para garantizar una buena gestión de los nutrientes necesarios para cada cultiva, se reducen al principio de las 4R. Siguiendo cada uno de los principios que se comentarán a continuación, se quiere conseguir que el fertilizante sea completamente absorbido por la planta y de esta forma, no traspasen mayores cantidades al suelo, el agua o el aire provocando las importantes consecuencias negativas que tienen estas filtraciones en el medioambiente.
Además, de que un exceso en el uso de fertilizantes puede provocar más pérdidas económicas de las necesarias y alterar el equilibrio de nutrientes de la planta, generando una menor productividad de la que se pudiera obtener.
USO DE LOS FERTILIZANTES
Adecuada elección del fertilizante
Se deben tener en cuenta aspectos de especial relevancia, como es el tipo de cultivo ya sea intensivo, extensivo, de secano o cualquier otro. Así como, se deben elegir los productos que cumplan con las necesidades de suministro no sólo de la propia planta, sino también del suelo.
Aportar la dosis necesaria
Para lo cual, se deben contar con los nutrientes que ya aporta el suelo ya que, no haciéndolo se puede caer fácilmente en un exceso de suministro de producto. Además, de fuentes alternativas, como los propios residuos de los cultivos, el agua de riego o la deposición atmosférica, entre otros. Teniendo en cuenta todo ello y la producción que se pretende obtener de la explotación, se podrá elegir con toda la información necesaria la cantidad de nutrientes a aplicar.
Aplicar el fertilizante en el momento adecuado
En este aspecto es importante nutrir a la planta antes de que necesite los suministros en el momento del ciclo concreto ya que, posteriormente será tarde y el cultivo no asimilará adecuadamente lo que se le administre.
Aplicación del fertilizante en el lugar y con la forma establecida
En este caso la aplicación del producto dependerá en su totalidad de su composición. Un claro ejemplo, es la absorción de nutrientes menos móviles como son el potasio o el fósforo la cual se producirá más fácilmente aplicándola lo más cerca de las raíces, lo cual implica enterrar el suministro en el suelo. Conociendo adecuadamente la forma en la que se debe aplicar el producto, se podrá garantizar el uso totalmente eficiente de los mismos y la máxima absorción por parte de la planta.