La polilla del tomate es una enfermedad que afecta cada vez más a este tipo de cultivos, independientemente del estado de crecimiento en el que se encuentre. Esta plaga del tomate, se lleva produciendo en la Península Ibérica desde el año 2007 cuando atacó a los cultivos de la provincia de Castellón.
Es importante tener en cuenta que, aunque el principal afectado de esta plaga suele ser el tomate, ataca también a otros cultivos como la berenjena, el pimiento, la patata o el tabaco.
La polilla del tomate ataca sobre todo a las hojas haciendo las larvas en ella, pequeñas perforaciones en las que depositan sus excrementos, haciendo que se vuelvan marrones y se necrosen. Sin embargo, estas larvas del tomate no sólo van por las hojas, sino que pueden atacar también el tallo o directamente el fruto.
Además, de los importantes efectos de pérdidas que puede causar en un cultivo, llegando a acabar con el hasta con el 70% de la cosecha, esta especie tiene una alta tasa de reproducción, con lo que en caso de padecerla debe ser muy importante los posteriores cuidados para evitar que vuelva a surgir.
Por lo que, una vez que sabemos que una parte de la planta ha sufrido la infección de la polilla del tomate, es muy importante que nos aseguremos de eliminar todas las hojas o frutos que hayan podido infectar y evitar que se propague.
También es conveniente establecer rotaciones de cultivo, entre los que son sensibles a ella y los que no lo son, para que en caso de padecerla y no haberla podido eliminar correctamente, no se propague de unos a otros.
Tratamientos para combatir la polilla del tomate
Debido a los importantes efectos que esta polilla tiene en los cultivos es de vital importancia, comenzar a actuar contra ella antes de que eclosionen sus larvas. Siendo el método más efectivo para prevenir la aparición de la plaga el bacillus thuringiensis, ya que ataca directamente sobre el proceso digestivo de la oruga, eliminando sus ganas de comer y, por tanto, minizando los daños en el cultivo.
Por su parte, una vez que la planta ya ha sido plenamente infectada, el tratamiento más efectivo para eliminarla es el aceite de neem al cual la polilla del tomate es bastante sensible.
Dada su rápida reproducción y proliferación, los agricultores deben trabajar y usar los insecticidas y acaricidas adecuados para evitar que se produzca la infección de esta plaga del tomate y evitar así, que la cosecha se reduzca a más de la mitad.